jueves

Parar la mente:

… el monje le preguntó acerca de su conocimiento de la Conciencia. Las respuestas … no le satisficieron; le dijo que antes de poderle ser de utilidad tendría que aprender a observar y controlar su mente.
El Prototipo”; Jacobo Grinberg-Zylberbaum


Observación, concentración y meditación:
no podremos iniciar desde ahora nuestros estudios ... por que me imagino que usted no ha de saber estudiar.

- La inmensa mayoría de la gente se mantiene en continua agitación, su pensamiento está siempre saltando de un tema a otro aun cuando no exista entre ambos la menor conexión. La trayectoria de sus ideas abarca las cosas más heterogéneas en un breve periodo de tiempo y todo ello les impide lograr una verdadera concentración. Para lograr esto es necesario aprender a detener la mente, a fijarla única y exclusivamente en el objeto que estamos observando o el tema sobre el cual nos encontramos reflexionando; asimismo es indispensable estar en posibilidad de mantener esta concentración todo el tiempo que sea necesario.
… resulta simplemente imposible pretender obtener una cabal comprensión de cualquier acontecimiento ..., si no se posee antes una mente capaz de analizar y valorizar debidamente todos y cada uno de los elementos que lo integran. De lo contrario solo se obtendrá una cronología, una descripción superficial el suceso, pero nunca una auténtica comprensión del mismo.
Tanto la observación como el análisis y la valoración de los elementos y las causas que integran y producen los hechos ..., para ser válidos, tienen que realizarse en un estado de profunda concentración, si es que realmente se desea llegar a conocer algo de la verdad de estos asuntos y no contentarse con falsas explicaciones. Resulta indispensable, por lo tanto, antes de iniciar el estudio ..., aprender a observar y concentrarse.
Al terminar de hablar, el coronel se levantó, caminó hacia uno de los numerosos estantes de libros, tomó un volumen alto y angosto y me lo entregó mientras decía:
- Voy a prestarle a usted esto: es una selección de reproducciones de algunos grabados con acontecimientos ... . Su mérito estriba en que todos los originales fueron realizados por personas que presenciaron directamente los hechos que se describen en los grabados.
- ¿Y que es lo que debo hacer con esto? – pregunté sorprendido, pues el giro que había tomado lo que yo suponía debería ser una clase ... me resultaba del todo desconcertante.
- Realizar el siguiente ejercicio: colóquese frente a un grabado y dedique toda su atención a observarlo detenidamente en cada uno de sus detalles por un lapso de unos cinco minutos; en el tiempo en que esté efectuando dicha observación no debe usted pensar en nada, ni siquiera en el acontecimiento que está representado en el grabado; únicamente debe concentrar toda su atención en observar todos y cada uno de sus detalles procurando retener estos en su mente. Después de haber observado el grabado, debe apartarlo de su vista, cerrar los ojos, y durante cinco minutos tratar de visualizar mentalmente la escena contenida en el grabado, o sea, tratar de recordarla con toda exactitud. Al igual que durante el desarrollo de la primera parte de este ejercicio su mente no debe propiamente estar pensando, sino únicamente recordando con la mayor precisión posible todos los detalles del grabado.
- ¿Y qué debo hacer después de esto? – Pregunté
- Dedicar unos quince minutos a meditar sobre lo que vio en el grabado, o sea a pensar en los distintos significados e implicaciones que podrían derivarse de la escena representada con objeto de poder comprender esta en toda su profundidad.
- ¿Y al terminar de meditar?
- Es conveniente descansar unos minutos, no más de diez y enseguida volver a efectuar el mismo ejercicio con el mismo grabado, siguiendo el procedimiento en forma idéntica, o sea la observación del grabado, representación mental y meditación.
- ¿Y al terminar el ejercicio por segunda ocasión? –pregunté cada vez más sorprendido.
- Otro descanso y a comenzar de nuevo. Desde luego no conviene que al principio se exceda demasiado practicando este ejercicio, dedique tan solo de seis a ocho horas diarias.
- ¿A un solo grabado? –pregunté perplejo.
- Si. En el libro hay exactamente treinta grabados, si dedica un día a cada uno se puede terminar en un mes.
Abandoné la casa portando bajo el brazo e delgado y alargado libro que contenía los grabados. El desconcierto y la confusión más completos me invadían. Mi primera conclusión fue la de que aquel individuo debía estar loco de remate; no veía en que forma podía llegar a aprender Historia utilizando este sistema, absurdo a mi entender, de pasarme contemplando horas el mismo grabado.

A los pocos instantes de estar contemplando fijamente el grabado comprobé con sorpresa cuan difícil es tratar de mantener la atención concentrada en una sola cosa.

“¿Como era posible –me pregunté sorprendido- que ni yo ni nadie de las personas a quien conocía, se hubiese percatado de algo de tanta importancia, como es el hecho de que no controlamos nuestra mente en forma permanente, sino tan solo en medio de constantes interrupciones durante las cuales ésta divaga a su antojo?”
...
- Ya es un poco tarde; con lo que hemos conversado ahora es suficiente para un primer día; mañana hablaremos sobre un método especial para captar rápidamente lo escencial de cualquier objeto y hacer más fructífera su observación.
La mujer dormida debe dar a luz”; Ayocuan


… me enseñaron una forma de respirar que pulió mi mente de todo ruido. Consistía en repetir una frase mántrica en sincronía con la respiración abdominal. El efecto era maravilloso porque además de la claridad mental me permitía concentrar mi atención en cualquier zona del Espacio, a voluntad, y en la forma en que yo más quisiese.
Podía concentrar mi atención en un tema u objeto hasta por 30 minutos sin distraerme o divagar. Me volví un experto en una técnica de conocimiento directo denominada Samyana con la cual uno puede penetrar el significado de cualquier ser u objeto conociéndolo en su interior
El Prototipo”; Jacobo Grinberg-Zylberbaum